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“El servicio de inteligencia falló “una mentira más para justificar el golpe

19 de octubre de 2010

El presidente Correa quiere justificar su irresponsabilidad y la inacción de sus ministros señalando que los servicios de inteligencia fallaron, pero esto es un argumento más para justificar la tramoya del golpe.

Pasados algunos días de los hechos del 30 de septiembre, la versión oficial del intento de golpe, empujada por el Presidente de la República, va desvirtuándose poco a poco, frente a cuestionamientos de analistas político- militares respecto de por qué los aparatos de inteligencia no percibieron las intenciones de derrocar al gobierno a través de la subordinación policial. El presidente Correa ha salido al paso en procura de justificar, en primer lugar, su presencia irresponsable en el Regimiento Quito, señalando que acudió al cuartel policial “confiado” de que todo se trataba de un pedido de reivindicación salarial porque, según dijo, “la mayoría de los policías no había leído la Ley de Servicio Público, pero que en realidad fue una “trampa” tendida por la oposición encabezada por Sociedad Patriótica. Insistió en que su intención fue siempre dialogar con los policías sublevados pero con la muestra de violencia se aclaró que se buscaba un golpe de Estado”. Con este señalamiento pretende mantener la tramoya armada sobre la intención de atentar contra su gobierno, situación que ninguno de sus ministros fue capaz de identificar, acción que Correa justifica señalando que el servicio de inteligencia en el país falló, es decir, el de las FFAA y el de la Policía, vale preguntarse ¿sí también falló el servicio de inteligencia particular del Presidente? Por supuesto que no, es claro que no existió ninguna intentona golpista.

De lo contrario los cuerpos especializados, por lo menos, hubieran alertado a los ministros del alto grado de descontento de la tropa e impedido que Gustavo Jhalk, Ministro del Interior acompañe al Presidente y lo ponga como “carne de cañón” en el Regimiento Quito para que ahí lo “secuestren” e intenten “matarlo”; o por lo menos su Ministro del Seguridad Interna, Miguel Carvajal, quien no se apareció ni por casualidad a dar una versión de los acontecimientos, pudiera haber alertado de la gravedad de los hechos e impedido que Correa provoque a los miembros de la tropa. Los servicios de inteligencia no fallaron, y si así fue ¿qué medidas ha tomado el Presidente de la República para sancionar a sus ministros irresponsables e incapaces? Ninguna. ¿Qué se ha hecho para reestructurar y poner a tono de las necesidades al servicio de inteligencia de las diferentes ramas? Nada. Los cambios de algunos de los miembros de estos servicios son solo una pantalla para señalar que se está investigando y sancionando a los responsables.

En el supuesto no consentido de que se trate de un golpe de Estado las primeras cabezas que debían rodar son las de sus dos ministros que no han sido capaces de identificar a un grupo parapolicial, a un “núcleo ideológico de extrema derecha sanguinaria, herederos de la época policial donde se secuestraba a la gente en los calabozos y se les hacía desaparecer”

Las escusas del presidente Correa que dicen “nuestra inteligencia está en pañales” “Nuestra inteligencia policial y militar era financiada por la embajada de los Estados Unidos, por lo cual tuvimos que reestructurar absolutamente todo”, no caben, pues, con ello acusa de incompetencia a su Ministro Carvajal que no ha “podido” poner en buen funcionamiento el servicio de inteligencia, porque además fue quien nombró a su ex asesor, Francisco Jijón, como director de la Dirección Nacional de Inteligencia, de quien se conocía no tenía el perfil para ocupar ese puesto.

Pero además, las escusas del presidente son por demás risibles; si bien el 8 de junio del 2009, con el Decreto Ejecutivo N° 1768, reorganizó la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) , tras denunciar una infiltración de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA) en los sistemas de inteligencia militar y policial de Ecuador, Fander Falconí en representación del gobierno procedió, en el mismo año, sin ningún reparo a suscribir convenios con EEUU en relación con las tareas de Inteligencia, como también en materia de lucha contra la producción, tráfico de drogas ilícitas y delitos conexos, lo cual demuestra una vez más que lo del golpe es solo una farsa, pues no cabe en la cabeza que cuerpos especializados en inteligencia no hayan podido ni siquiera percibir indicios de que el descontento de la tropa era grave.