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poemas

MI ORGULLO, SER TU HIJO

10 de mayo de 2007

Autor: Wilian Alquinga

Ni todas las palabras que expresen

ternura y admiración alcanzarían a

decir cuanto significas para mi.

Lo eres todo, gracias a tu comprensión

y cariño he logrado templar mi corazón

en medio de las adversidades de esta

sociedad inmunda.

Madre, luz primera de la mañana,

lucero eterno de la noche; brillante

estrella que engalana el cielo añorado

de los pobres.

Madre, tierna flor que esparces tu

aroma a los cuatro vientos para que tus

hijos nunca nos olvidemos de ti.

Madre, manantial escondido que

recorres los cauces ocultos de la sed

humana.

Tan solo de recordar la travesía de tus

angustias me da rabia por hacer

cementerio el mundo de los reyes y

burgueses. Eres fuerza de encanto y

coraje, tus lágrimas son las mías y tus

sueños son míos también.

Ay de mi si tus ojos se cerraran, pues

los míos correrían la misma suerte.

Madre, eco profundo de la esperanza,

forjadora del sendero libertario; has

parido a un revolucionario que con tu

ejemplo de trabajo y solidaridad

lucharé a diario por hacerme y hacer

hombres de bien. Madre, has puesto en

mí el futuro, has puesto en mí el deseo

de cambio, has puesto en mí la decisión

intransigente de lograr la construcción

de la nueva y anhelada vida.