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Solo un Partido grande y fuerte pude dirigir el Proceso revolucionario.

La estrecha relación partido-masas garantiza la victoria

24 de abril de 2008

“Las masas trabajadoras, hacedoras de la historia pueden hacerla a favor de sus propios intereses si son dirigidas por la clase obrera y por el Partido” Pablo Miranda.

La historia del desarrollo de la sociedad recoge con acierto el rol que juegan las masas en los cambios y transformaciones. El partido del proletariado no puede dejar de lado esta realidad si quiere llevar adelante un proceso revolucionario victorioso. Por ello, el PCMLE plantea trabajar por desarrollar y mejorar una estrecha vinculación con las masas.

Si bien los sectores populares han alcanzado un importante nivel de conciencia en donde la unidad y la necesidad de organizarse es una prioridad, es preciso indicar que esto no es suficiente para luchar por transformación radical de la sociedad y derrotar definitivamente a los explotadores. La conciencia de los trabajadores y los pueblos debe dar un salto cualitativo para desarrollarse en conciencia política; en conciencia socialista. Esto no ocurre por sí solo, el Partido Comunista Marxista Leninista tiene la responsabilidad de trabajar para ello. Lenin en su libro ¿Qué hacer? Señala que ni siquiera el proletariado, que es la clase más avanzada, es capaz, por sí sola, de adquirir conciencia de su rol histórico. Ésta es dada desde afuera, por la acción política del partido de la clase obrera, señala.

Entendiendo que la revolución es tarea de las masas y que el Partido del Proletariado tiene la responsabilidad histórica de dirigirla, es imprescindible asumir adecuadamente la responsabilidad de construir el Partido y acumular fuerzas para la revolución, lo que será posible si se aplica adecuadamente la línea política de masas trazada, cuyo eje principal es la relación partido- masas. Ésta permite que los comunistas se involucren fácilmente en el movimiento social, organicen el combate reivindicativo y político, asuman la dirección y el liderazgo en las acciones de lucha y a la par se desarrolle la conciencia política de las masas.

Este estrecho contacto crece cuando los comunistas actúan en cada organización sindical, gremial, estudiantil, barrial, indígena, campesina etc. son referente y logran ganar la dirección del movimiento; cuando en su interior actúan las células y los comités del Partido, donde su política es aceptada y aplicada; y, además conviertan a estos espacios en escenarios para educar políticamente a las masas; para elevar la lucha reivindicativa a la lucha política. Solo así el Partido ganará la confianza de las masas y podrá liderar el proceso revolucionario.

Una correcta relación con las masas demanda actuar sin sectarismo ni voluntarismo. El seguidismo, asistencialismo, burocratismo, caudillismo y otras taras perjudican el trabajo.

Un Partido grande y fortalecido

Para cumplir con la tarea histórica, el Partido Comunista Marxista Leninista requiere de una organización grande y poderosa, no solo en número sino también en calidad; esto significa que sus militantes deben ser hombres y mujeres destacados, calificados como cuadros revolucionarios, excelentes organizadores de las masas. Esta condición tiene que ver con un aspecto de trascendental importancia como es la formación multilateral de los militantes.

Pero ¿qué significa tener una formación multilateral? Quiere decir que el militante, debe tener una formación ideológica, política que le permita actuar y enfrentar todas las tareas que el Partido debe emprender; debe poseer una sólida formación marxista leninista.

Los comunistas deben ser formados en todos los campos, no se puede pensar en un militante que no sea un político sagaz, propagandista, agitador, financista, organizador, un soldado y jefe de la revolución, pues, su accionar está vinculado a todas estas tareas.

La vida y el desarrollo del Partido han obligado a especializar a muchos de sus cuadros en diferentes áreas, pero el comunista debe ser competente para ejercer la dirección y enfrentar cualquier tarea que la revolución le exija. La formación del miembro del Partido es una garantía para el crecimiento organizativo tanto en el plano cualitativo como cuantitativo.

La Lucha ideológica tiene que ver, en un nivel, con la forma cómo el Partido lleva la política a las masas, cómo le disputa la dirección de éstas a la burguesía que a diario busca engañar y confundir a las masas para mediatizar su lucha. Cómo, a través de sus medios de propaganda, la política revolucionaria se difunde y se anida entre los sectores populares.

La crítica y la autocrítica herramienta de construcción del Partido

Al interior de la organización la lucha ideológica permite superar las limitaciones, corregir los errores, logrando así, alcanzar una unidad ideológica y política que sin duda fortalece y hace más grande al Partido.

La lucha en el plano de las ideas permite batir las ideas extrañas, pequeño burguesas que frenan el accionar revolucionario. Permite erradicar prácticas contrarevolucionarias que son consecuencia de la acción de la reacción y la burguesía, es necesario señalar que los comunistas no están en una urna de cristal protegidos de la acción ideológica del enemigo de clase.

La autocrítica es una herramienta que debe ser útil tanto para los organismos de dirección como para el militante; su aplicación franca y directa califica el trabajo revolucionario, y permite fortalecer y consolidar la autoridad del comunista y del Partido, porque tanto al interior de la organización el militante crece en su formación y, hacia afuera la masa reconoce la autoridad del Partido porque lo ve diferente a las organizaciones políticas de la derecha.

Los mejores hijos del pueblo en el Partido

La estrecha vinculación con las masas abre enormes posibilidades de crecimiento para el Partido. De ella saldrán “sus mejores hijos” que se convierten en militantes del PCMLE.

La conformación de grupos de candidatos es el primero y fundamental paso. Se lo hace tomando en consideración su extracción de clase y disposición por la lucha; del protagonismo en las acciones reivindicativas; del verbo claro, comprometido en sus intervenciones; de la propuesta en favor de los explotados; del inconforme con la sociedad actual, del que busca transformaciones sociales profundas.

Todo militante debe esforzarse por conformar su grupo de candidatos, para ello, su propia relación con un sector social se vuelve indispensable, caso contrario, ¿Dónde podrá ubicar a los futuros candidatos?, ¿Cómo podrá hacer su contribución más importante en la actual etapa de acumulación de fuerzas para la revolución?

Así las cosas, el reclutamiento se convierte en una constante en el pensamiento del militante, debe ser planificado, controlado, evaluado, mejorado. Más y más militantes deben ingresar a la filas del Partido, a la vez que deben presentarse menos y menos deserciones atribuibles a las deficiencias en la formación política, al descuido de la dirección, a la falta de seguimiento.

Solo se puede hablar de un Partido grande y fuerte si sus militantes están insertos en el movimiento político del país. Es indispensable tener referencias para nutrir el análisis y mejorar las decisiones. La educación política, en consecuencia, no es la simple lectura de documentos sino el indispensable material de consulta.

La célula, adecuadamente conformada y en acción, trabaja aplicando las normas de funcionamiento leninista, se procura su autosostenimiento en todo sentido, aplica la máxima que dice: “tarea planteada, tarea ejecutada y evaluada”, en la que todas las limitaciones son obstáculos a superar, jamás justificativos para el incumplimiento.

Para lograr este nivel de funcionamiento los militantes de la célula deben alcanzar la correcta formación comunista que implica el conocimiento y aplicación del marxismo-leninismo, llevar una vida celular conforme lo disponen los estatutos, involucrarse en todas las tareas que implican ser militante, contribuir en la célula y el Partido a profundizar la democracia proletaria, el centralismo democrático.

Desarrollando nuestras fuerzas

La prueba de fuego para la célula y sus militantes se presenta en el día a día, cuando deben llevar y ejecutar la orientación de la dirección del Partido, aplicar la línea política a su sector.

La orientación: “Aprovechar el escenario actual para acumular fuerzas”, para ejemplificar, se traduce en una serie de tareas en todo ámbito a ser diseñadas en la célula, desde la preparación teórica que supone, aparte del dominio del marxismo-leninismo, conocer la historia, las experiencias políticas de otros pueblos analizando el comportamiento de las fuerzas que actúan en esas realidades.

Con esos elementos teóricos de por medio, corresponde analizar la situación concreta del sector de trabajo, las condiciones de vida de la población, la situación política nacional, la influencia de otros sectores políticos, sociales, religiosos en la zona, la percepción que de las fuerzas del Partido y sus dirigentes se tenga en ese sector, todo lo cual deberá ser analizado para alcanzar los objetivos político, ideológico y orgánicos de la célula.

Parte del análisis debe recoger la coyuntura actual donde existe una importante corriente que busca el cambio, donde grandes sectores sociales han incrementado su conciencia política, donde hay un gobierno que cumple sus ofrecimientos a los sectores populares, lo cual configura un ambiente que posibilita hablar de temas vedados hace unos años como el Socialismo, la revolución, el comunismo, la organización social para promover los cambios. Obviamente se presentan oportunidades para, insertándose en la corriente, reclutar muchos candidatos, acercar a las posiciones del Partido a mucha gente, realizar importantes acciones en unidad. Pero también se presentan factores negativos como es la propagandización anticomunista, la idea que cala en importantes sectores que miran a la propuesta de Rafael Correa como el máximo objetivo a alcanzar. Se trata que, con el análisis, la planificación potencie los factores positivos y minimice los negativos.

El gobierno de Rafael Correa tiene el apoyo de los comunistas, es merecido, está trabajando por desandar el andamiaje neoliberal. En ese camino compartido el militante tiene ahora la doble responsabilidad de salvaguardar las fuerzas propias, a la vez que busca aumentarlas en un ambiente en el que muchos preferirían integrarse a las fuerzas del gobierno.

Nuestras fuerzas deben afirmarse en la política del Partido, no solo resistir embates externos sino convertirse en difusores de los planteamientos del PCMLE. Reconocer en la revolución la vía para las transformaciones sociales, desenmascarar el verdadero contenido de otras propuestas que, hablando de socialismo, en verdad buscan cimentar el capitalismo, y a lo mucho cambiar algo con acciones reformistas.

Se trata de apoyar las acciones de Correa, pero reconocer y concienciar, en todo espacio, que la real solución a la problemática ecuatoriana sólo y únicamente se dará con el Socialismo Científico, debe crearse la perspectiva de que la solución general de todos los problemas de esta sociedad está en la construcción de otra, la socialista, camino en el cual los comunistas sabremos liderar las luchas.