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¿Por qué EEUU abandona la UNESCO?

18 de octubre de 2017

Estados Unidos ha decidido el 12 de octubre retirarse de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), por no estar de acuerdo con la aprobación de una serie de resoluciones por parte de ese organismo internacional, durante los últimos años, que consideran propalestinas; la más reciente es la de julio pasado, que no reconocen su vínculo histórico y cultural en lugares sagrados para el judaísmo en la parte ocupada de Jerusalén o en la ciudad cisjordana de Hebrón declarar al casco antiguo de esta, “zona protegida” del patrimonio mundial. Estados Unidos está contra el reconocimiento a Palestina, a favor de Israel como punta de lanza para su política belicista no solo en detrimento de la causa palestina sino también de los países árabes. Es evidente el acuerdo político y la coalición militar. El retiro del imperialismo norteamericano de la Unesco es una respuesta política para proteger a su aliado.
La Unesco fue la primera entidad de la ONU que aceptó a los palestinos como miembros de pleno derecho en el año 2011, lo que ha ocasionado que Israel entre en un enfrentamiento permanente en defensa de sus posiciones con el organismo multilateral al que ha acusado de parcialidad antiisraelí y en diferentes ocasiones ha reducido sus cuotas anuales como medida punitiva.
Al inicial abandono de Estados Unidos ha seguido el de Israel con su anuncio de abandonar la Unesco, a la que ha calificado de “teatro del absurdo donde se deforma la historia en lugar de preservarla”. Prepotencia ratificada por el embajador israelí ante la ONU, al manifestar que “Entramos en una nueva era en las Naciones Unidas: la era en que, cuando se discrimine a Israel, habrá que asumir las consecuencias”. Una de esas consecuencias se refleja en el recorte “financiero” acumulado de 550 millones de dólares, con la que tanto EE. UU. como Israel pretenden chantajear e imponer su política.
El anunciado abandono de la Unesco ha dado pie para que el Consenso de Washington quiera una supuesta reforma en profundidad de la ONU que viabilice sus políticas. Al referido anuncio se suman otras medidas regresivas del gobierno de Donald Trump que afectan a los pueblos del mundo. El tan promocionado muro en el límite con México para impedir la inmigración o el enfrentamiento belicoso y fanfarrón con Corea del Norte son otros de los globos de ensayo lanzados por el gobierno de Trump.
El anuncio de la ruptura del pacto antinuclear con Irán que ha provocado el llamado de Alemania, Francia y Reino Unido al Gobierno y al Congreso de EE. UU. para que consideren las implicaciones para su seguridad y la de sus aliados antes de dar ningún paso, como reimponer sanciones.
Otro ejemplo de la política regresiva del gobierno Trump es la posición excluyente y discriminatoria que la expresa de forma pública a través del vicepresidente Mike Pence, al manifestarse contra la comunidad gay, lo que es corroborado por el presidente Donald Trump al aseverar, refiriéndose a los homosexuales que “!Los quiere ahorcar a todos!”.
Tan repudiable resulta la gestión del presidente de los Estados Unidos que en su propio país varios sectores pugnan por su salida anticipada.